¿Qué he hecho yo para merecer esto? ¿Es que todo me pasa a mí? Seguramente te has recordado diciendo esto alguna vez, o conoces a alguien que se queja todo el tiempo y que el mundo está en su contra. Cuando esto ocurre, hemos activado el modo ‘víctima’ y culpamos a algo o a alguien externo de nuestra insatisfacción. Estar en modo víctima no es malo si ocurre de vez en cuando, pero mantenerlo durante mucho tiempo puede perjudicarnos a muchos niveles.
Cuando somos víctimas, y el culpable es un ser o situación externa, no tenemos ningún tipo de control sobre lo sucedido. Esto nos hace sentir inseguros y débiles, pues parece que no llevamos el timón de nuestra vida. Y la inseguridad viene de la mano de introversión, miedo, susceptibilidad, mal humor y un empeoramiento de nuestras relaciones sociales.
¿Qué podemos hacer al respecto? Elegir ser ‘responsable’ (que no es lo mismo que ‘culpable’). Cuando uno elige ser responsable de lo que sucede se pregunta: ‘¿qué podría haber hecho yo para evitar que pasara?¿Qué debería cambiar para la próxima vez?’ Cuando estás modo responsable aceptas lo que ha ocurrido y tomas el control de la situación, al menos de la parte que depende de tí. De este modo el sentimiento es diferente, la sensación de control te da seguridad y conlleva una mejor actitud ante lo sucedido, ante la vida y ante lo que esté por venir. Por tanto tu autoestima y tu motivación sube.
Un ejemplo muy sencillo pero ilustrativo del contraste entre víctima y responsable es el siguiente. Tienes que estar a las 10 de la mañana en la parada del autobús. Habitualmente te despiertas temprano pero esa mañana te quedas dormida y no te da tiempo de llegar a la hora prevista.
Opción víctima: ‘¡Ay qué ver!¡Me he quedado dormida! ¡Todos los días me levanto temprano menos hoy! ¡qué torpe soy! (Y le dices a tu madre/padre/pareja/hij@) ¿Por qué no me has despertado?¿No te has dado cuenta de la hora que era? ¡Maldito despertador! ¡Precisamente hoy no suena! ¡Ya no llego a tiempo! ¡He perdido la oportunidad!…ect.
Opción responsable: ¡Ay qué ver!¡Me he quedado dormida! ¿Puse el despertador? Voy a comprobarlo y lo voy a poner a punto para que no vuelva a pasar. Debería comprobar el despertador por la noche antes de acostarme. Voy a llamar a …. para avisar de que no voy a a llegar a tiempo. Quizás pueda retrasar la cita.
La diferencia de actitud es notable. La víctima es reactiva, no reacciona, sólo se queja. Mientras que el responsable es proactivo, toma la iniciativa, no se queda esperando. ¿En qué momentos o ámbitos de tu vida estás siendo víctima y en qué otros responsable? Quizás podamos hacer algo diferente para conseguir resultados distintos.
Todo esto y mucho más lo aprendí del curso de PIIE (Programa de Implementación de Inteligencia Emocional) en el aula impartido por el coach Alberto Ortega. Os dejo en enlace a su web 👈 y su facebook 👈, donde podréis encontrar artículos y vídeos muy interesantes.