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5 Consejos para mamás y papás primerizos post período COVID-19.

Como padres primerizos nos enfrentamos a muchas experiencias y situaciones nuevas  con las que tenemos que lidiar. Es probable que tengamos mucha ansiedad y temor porque sentimos que no estamos preparados para todos los cambios que sin duda van a acontecer en nuestra vida y en todo el entorno familiar. Y estos sentimientos se agudizan en un momento como este, en la que debemos ser precavidos y muy responsables. Debemos seguir las recomendaciones sanitarias así como garantizar una buena higiene tanto personal como en nuestra vivienda.

Aquí encontrarás consejos que son de gran utilidad y que te ayudarán a afrontar este importante acontecimiento que tanta alegría y emoción generan en el hogar, en internet hay múltiples webs que pueden ayudarnos aportando información muy útil para los primeros días, como por ejemplo pequeflix, una web que, habla sobre la seguridad de los más peques de la casa y que, además, colabora en esta publicación.

Aunque parezca difícil, tú puedes con ello

A pesar de cualquier ansiedad o temor que tengas debes saber que tú puedes, tú estás capacitado. Llegado el momento tu intuición te dictará qué decisiones tomar. El sentido común junto con una buena orientación del pediatra, matrona y/o asesora de lactancia son suficientes para que logres cuidar bien de tu bebé. A veces nuestros temores son muy grandes pero la práctica resulta más simple de lo que pensamos.

Tú y tu pareja sois un equipo no lo olvides

Hacer un equipo es la mejor manera de equilibrar el trabajo. Hacer turnos y dividir las tareas del hogar hará más llevadera esta etapa para ambos padres. Cambiar pañales, sacar a pasear al bebé, preparar o lavar biberones, bañar al niño, cortarle las uñas o dormirlo son todas tareas que deben ser compartidas, esto es bueno para la pareja y también refuerza el vínculo de ambos con el recién nacido.  

Aprovecha cualquier momento de descanso

Tu descanso es de vital importancia para que puedas afrontar todas las tareas necesarias en el cuidado del bebé recién nacido y para que puedas hacerlo bien. Descansa cada vez que puedas, aprovecha los momentos en que el bebé duerme. También acepta ayuda y apoyo de personas de confianza, sobre todo los primeros meses.

Si tienes dudas… pregunta

Seguramente tendrás muchas dudas, eso es normal. No temas a preguntar al pediatra, matrona o asesora de lactancia cualquier cosa que necesites saber. Ya verás que muy pronto aprenderás a manejar la situación Asesórate siempre con personal cualificado que pueda dar información fiable y que sea afín al tipo de crianza que queréis llevar a cabo.

Vuestros padres, tíos, amigos y amigas que hayan tenido hijos antes que vosotros también son un gran apoyo y una fuente de información.

Y sobre todo…disfruta del momento

Disfruta este maravilloso momento. La llegada del bebé es un período de la vida familiar lleno de alegría y expectativas. Aunque resulte difícil, también debes tener ratos de esparcimiento, distráete, sal de casa un momento o realiza alguna actividad que te guste. No dejes que te asalte algún sentimiento de culpa si tienes la necesidad de dedicarte un tiempo. Apóyate y pide ayuda a alguna persona de confianza para que puedas disfrutar de algunos momentos para ti.

Tener y criar un bebé es una experiencia transformadora y maravillosa. Y siguiendo estos consejos, será un poco más sencillo.

Booktrailer de ‘280 días’

Estoy superilusionada de poder compartir, en primicia, el booktrailer de mi cuento ‘280 días’. Antes de compartirlo por las redes quería publicarlo aquí, en el blog,

El booktrailer lo ha realizado el equipo de la editorial Okapi Libros. ¡Es precioso! Y está totalmente en sintonía con el cuento. Estoy muy contenta y espero que os guste a todo@s. Si os gusta y os apetece, ayudadme a compartirlo usando el #cuento280días.

 

Mi cuento infantil, ‘280 días’.

Hace tanto tiempo que quería contarlo que ahora, delante del teclado, no sé cómo empezar.

¿Sabéis que dicen que a las embarazadas se nos vuelve más activo el hemisferio del cerebro encargado de la creatividad, el hemisferio derecho? Pues no sé si tuvo algo que ver o no pero, durante aquellos meses de espera, ilusión y algunas noches de insomnio surgieron varios proyectos emocionantes. El primero de ellos fue este blog, para compartir y proyectar mi visión de la vida y los temas que me interesan: el bienestar, la maternidad, la educación y el crecimiento personal. Y el segundo proyecto fue mi cuento, o mejor dicho, su cuento. Porque es la historia de mi bebé, de lo que yo imaginaba que hacía y pensaba dentro de mi barriguita. ‘280 días’ así lo llamé. Un cuento que surgió poco a poco, capítulo a capítulo en mi pequeño cuaderno color naranja. Y cuando terminó se quedó guardado en un cajón hasta que llegó el momento. El momento de ser valiente y enviarlo a varias editoriales. Momento de nervios y de vulnerabilidad. Y tras meses de trabajo, toma de decisiones, dudas… tomó forma. Forma de libro gracias a la editorial Okapi, con ilustraciones preciosas, fruto de la sensibilidad y el talento de Virginia González. Ilustraciones que desprenden toda la ternura que sentí al escribirlo.

‘280 días’ cuenta la historia de Fael, un bebé que, desde el útero materno, nos cuenta cómo vive y qué cosas ocurren ahí dentro. Una historia simpática en la que acompañamos a Fael y a su familia durante 280 días. El tiempo que duró mi embarazo.

‘280 días’ es el regalo perfecto para mujeres embarazadas. También es ideal para familias que quieran hacer partícipes a sus hij@s de la llegada de un herman@ desde el principio del proceso. Y, por último, perfecto para primeros lectores (a partir de 6-7 años).

Espero que los lectores disfruten de esta historia y se sumerjan en sus páginas en familia.

¿Quién nos enseña a ser padres?

La respuesta rápida y sencilla es: ‘nuestros padres‘. Aprendemos de quienes ya tienen la experiencia y la comparten con nosotros, con amor y entrega. Otra respuesta sería: ‘nuestro instinto‘. Nuestra parte animal mamífera sale a relucir en el momento de la maternidad (desde el embarazo) y paternidad. Esa parte que busca la perpetuidad de la especie automáticamente te hace querer proteger a tu bebé.

Y así ha sido siempre. La crianza de un hijo se ha realizado en comunidad, transmitiendo oralmente conocimientos de generación en generación a través de nuestras madres y nuestras abuelas, que a su vez aprendieron de sus madres y sus abuelas, que se guiaban por sus instintos más primarios.

Sin embargo, hoy en día las familias son núcleos más pequeños y, gracias a las nuevas tecnologías y la educación, tenemos a nuestro alcance gran cantidad de información. Por eso nos podemos ver desbordados a la hora de elegir un camino u otro para la crianza y educación de nuestros hijos. La vida, la historia y la ciencia nos demuestra cada día que no sabemos nada. Cada año hay nuevos descubrimientos o salen a la luz nuevos estudios que echan por tierra años de técnicas y métodos hasta entonces perfectamente válidos e instaurados en la vida de cualquier persona. Y no me refiero solo a la crianza de los hijos, sino a cualquier ámbito. Hace años poco se sabía, por ejemplo, de las repercusiones para la salud de un fumador pasivo o que el consumo de azúcar está íntimamente relacionado con la diabetes. Por eso, otra clave para aprender a ser padres es ‘la formación‘.  Los padres de hoy deberíamos informarnos y formarnos en relación a la salud, alimentación y educación de nuestros hijos.

¿Cómo?

Leyendo libros, noticias, revistas, escuchando podcasts, preguntando a profesionales, haciendo cursos, acudiendo a escuelas de padres, asistiendo a talleres o charlas…

Si sólo aprendemos lo que nos enseñan nuestros padres podemos quedar desactualizados, repitiendo sus mismos errores. Si sólo nos fiamos de nuestro instinto deberíamos ser buenos conocedores de la materia para tomar buenas decisiones. Y si sólo aprendemos de los libros probablemente estemos pasando por alto el contexto social y personal. Pues hay libros que están escritos por autores extranjeros que reflejan muy bien la cultura de su país, pero quizás no se ajuste igual a nuestras rutinas, clima o cultura. Por ejemplo, si estás buscando recetas para la alimentación de tu bebé busca autores o apps de tu país que propongan recetas con ingredientes fáciles de encontrar en cualquier supermercado de tu ciudad.

En definitiva, la receta mágica es una mezcla de las tres: nuestros padres, nuestro instinto y nuestra formación. Estos tres ingredientes son la clave para aprender a ser padres, aunque, por supuesto, será tu propio bebé el que vaya marcando el ritmo. Hay mucho ensayo-error en esto de ser padres, pero cuanto menos dejemos a la suerte, mejor. Hay que estar preparado para todo.

Libros para mamás y/o futuras mamás.

Toda mujer cuando se queda embarazada por primera vez piensa que no sabe por dónde empezar. Comienza entonces  una búsqueda de información intensiva para dar respuestas a todas sus preguntas (que son muchas), ya sea preguntando a familiares y amigos o a través de internet. En mi caso me ayudaron mucho, no solo mi familia y profesionales sanitarios, sino también la app Babycenter y una relación de libros que voy a detallar a continuación. Algunos de ellos creo fielmente que deben ser de lectura obligatoria durante el embarazo y primeros meses de maternidad.

El primer libro se llama «La biblia del embarazo» de la Doctora Anne Deans (Ed. Grijalbo). Lo más interesante de este libro es que te detalla semana a semana los cambios en el desarrollo del feto y los cambios en el cuerpo de la embarazada. Es un libro de consulta, para tenerlo a mano cada semana y leer la evolución de tu bebé. Así como otros muchos apartados interesantes como el papel del padre o cómo mantenerse bien durante todo el proceso del embarazo y el puerperio.

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El siguiente libro es un «must» para toda futura mamá: «Un regalo para toda la vida» del Doctor Cárlos Gónzalez (Ed. Booket). Se trata de una guía detallada y muy bien explicada sobre lactancia. Es el manual perfecto que te explica cómo dar el pecho, qué problemas puedes tener, cómo solucionarlos, destapa mitos y falsas creencias, etc. Yo lo tengo organizado con separadores de colores en los capítulos que más me interesan para poder acudir a él cuando me hace falta: cuando me duele el pecho al mamar, cuando quiero guardar y congelar leche, etc. Da igual si quieres dar el pecho durante mucho o poco tiempo, debería ser leído por toda mamá primeriza porque te va a ayudar mucho a saber qué tienes que hacer esas primeras semanas después de tener al bebé.

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El tercer libro, también de Carlos González, se llama «Bésame mucho«(Ed. Temas de Hoy). Este libro te ayuda a entender las necesidades de tu bebé. El bebé llega al mundo con los instintos básicos y primarios propios de la especie humana. Y para poder entenderlos debemos ser conscientes de las características socioculturales que nos rodean y nos condicionan como madres. Por ejemplo, el bebé llora cuando está solo. ¿Por qué? Por pura supervivencia, hace miles de años si un bebé no lloraba para que lo cogieran y lo protegieran  podía venir cualquier animal peligroso y comérselo. Y su madre, posiblemente, acudiría lo antes posible, pues cuanto más tiempo estuviera el bebé llorando más probabilidades había de que el depredador pudiera encontrarle. Como este ejemplo hay muchos. Este libro es muy interesante porque te ayuda a ver las necesidades del bebé desde otro punto de vista. Recomendable 100%.Resultado de imagen de

Y por último, pero no menos importante, un poco de humor cuando ya han pasado los primeros meses e intentas volver a la rutina. «Desayuno con lactantes» de Mamá Saturada (Ed. Martínez Roca) te sacará más de una sonrisa y alguna que otra carcajada. Muy fácil de leer, lo recomiendo al 100%.

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Espero que esta selección sirva para orientar a todas las mujeres que se encontraron como yo hace ya casi dos años. Os dejo los links en el título de cada libro por si os interesa. Si conocéis otros libros que os hayan sido de mucha ayuda en estos momentos tan intensos déjame los títulos en los comentarios. Compartir es crecer.

 

Pros y contras de la lactancia materna a demanda

La Organización Mundial de la Salud, la OMS, recomienda lactancia materna exclusiva los primeros 6 meses del vida del bebé y combinada con alimentación complementaria hasta los 2 años de edad.

La leche materna aporta todos los nutrientes necesarios para el recién nacido durante este tiempo, reduce el índice de mortalidad infantil, fortalece su sistema inmune, disminuye la posibilidad de desarrollar posteriormente obesidad y diabetes, incluso mejora el desarrollo cognitivo del bebé. En cuanto a la madre, previene la aparición de cáncer de ovario y de mama, entre otras enfermedades.

Todo esto lo puedes leer en la página web de la OMS. No obstante, a efectos prácticos y en base a mi experiencia, la lactancia materna conlleva muchas más ventajas y también inconvenientes.

Ventajas de la lactancia materna a demanda:

  1. Comodidad. Es muy cómodo no tener que estar preocupada cada día por biberones, limpia biberones, calienta biberones, tetinas, etc. En cualquier lugar y cualquier momento sólo hace falta la madre y su pecho.
  2. Ahorro. Evitas gastar mucho dinero en leche de fórmula, cereales y otros productos además de los mencionados en el apartado anterior.
  3. Conexión. Se crea un vínculo muy potente entre el bebé y su madre, pues el pecho no sólo lo alimenta sino también lo calma, lo relaja, lo adormece, lo reconforta…
  4. Salud. La lactancia materna a demanda disminuye la probabilidad de tener mastitis y otras infecciones en el pecho, ya que cada poco tiempo el pecho se vacía y no dejas que se acumule la leche hinchando y perjudicando a la mama. Además, en mi caso particular, la lactancia ha permitido que mi metabolismo esté súper activo y esto me ayuda a no acumular grasa ni líquidos. Vamos, que no estoy tan delgada desde hace muchos años jeje.
  5. Tranquilidad. Con la lactancia materna a demanda estamos tranquilos de que el bebé está bien alimentado y no le falta ningún nutriente. Así que con los meses dejas de preocuparte por cuánto pesa y si ha puesto o no peso cada semana.

Por otra parte, también hay inconvenientes:

  1. Inicio doloroso. La primera semana, en la que el bebé no sabe mamar bien y tú no sabes colocarlo bien, pueden aparecer heridas en el pezón bastante dolorosas. Si no pides ayuda a tiempo, puedes plantearte abandonar la lactancia ya que el bebé mama con demasiada frecuencia y no da tiempo a curar esas heridas.
  2. Dependencia. La relación madre-hijo es preciosa pero muy dependiente. No sólo eres la figura de apego principal del bebé por ser su madre, sino que eres la única que le proporciona alimento, nadie puede darle el pecho por tí. Por tanto, no puedes separarte del bebé durante mucho tiempo. Con El Paso de los meses el bebé comprenderá esto también y no tolerará que te apartes de él, apareciendo la famosa ‘ansiedad por separación’. Es cuestión de supervivencia, es instintivo y natural, si no como me muero, así que no te alejes.
  3. Periodos de sueño cortos. La leche materna se digiere más rápido que la leche de fórmula, eso significa que al bebé le despertará el hambre antes que si tomara leche de fórmula. Por tanto hay más despertares nocturnos y las siestas suelen ser más cortas.
  4. Crisis de lactancia. La demanda del bebé cambia al mismo ritmo que su crecimiento, y nuestra producción se adapta a su demanda. Estos periodos de adaptación se traducen en: el bebé demanda pecho más a menudo, parece que no se sacia, llora en el pecho, está intranquilo, no quiere mamar… Estas crisis también son momentos críticos en los que puedes plantearte abandonar la lactancia, aunque informándote bien sabes que es temporal.
  5. Moda. Tu ropa se resume a aquello que sea cómodo para amamantar: escotes amplios, sujetadores de lactancia, camisas… por tanto hay prendas en mi armario que no veré hasta dentro de unas cuantas temporadas.

Seguro que si entramos en detalle hay muchas más, pero estas son las más significativas para mí. Mi experiencia está siendo muy gratificante y muy positiva. ¿Y vosotr@s qué pensáis de la lactancia materna a demanda? ¿Os compensan los pros frente a los contras? Me gustaría dar las gracias a mi familia, por apoyarme en mi decisión , aconsejarme y comprenderme. Gracias a la asociación de apoyo a la lactancia Cuídame por ayudarme cuando he tenido problemas o dudas con respecto a la lactancia, por su eficacia, su cariño y su dedicación en cualquier momento del día. Hacéis una labor muy bonita. Y también a Laura Gil Matrona por asesorarme, acompañarme en todo este tiempo y proporcionarme información, libros y recursos para hacerlo lo mejor posible.  ¡Eres la mejor! 😘😘

Una ‘SIN’, por favor.

Uno de los primeros hábitos que tuve que cambiar al quedarme embarazada fue dejar de beber alcohol. Como tenía un motivo muy potente, no me costó mucho esfuerzo. De hecho, hoy que soy madre en pleno periodo de lactancia ni se me pasa por la cabeza beber ninguna bebida alcohólica. Aunque, para ser totalmente sincera lo único que, en ocasiones, echo de menos es tomar una copa de vino acompañando una buena comida.

Durante estos meses de embarazo y maternidad me he visto en la tesitura de no saber qué tomar, bien porque todos a mi alrededor bebían copas o bien porque estaba harta de seguir bebiendo lo mismo. Como imagino que habrá muchos igual que yo, voy a mostrar cuales son mis alternativas en casa y en la calle para no beber alcohol.

Empecemos por los bares, pubs o restaurantes. En una buena comida o de tapeo bebo cerveza 0.0 y agua. La mejor cerveza sin alcohol que he probado es la Heineken 0.0, tiene el sabor muy conseguido, no parece una sin alcohol. Y no me gusta el tinto de verano sin alcohol así que esas son mis dos opciones habituales. Excepcionalmente pido un refresco, también pueden tenerse en cuenta. A la hora del café tomo café descafeinado sin ningún problema. Y cuando llega el momento copas utilizo alguna de estas alternativas (depende del establecimiento donde esté):

– Infusión de frutas del bosque o de rooibos de fresa. Cuando está lista la paso a un vaso con hielo y me la tomo fresquita.

– Agua o refresco del sabor que más me guste: cola, limón, melocotón, naranja…

– Cocktails sin alcohol: san francisco, mojito sin o el que tengan que tenga buena pinta.

En casa suelo tener, además de agua e infusiones, igualmente cerveza 0.0 y vino sin alcohol para ocasiones especiales. Sí sí, vino sin alcohol. Lo descubrí durante el embarazo y lo compré para las comidas y cenas de navidad. La marca «WIN»  tiene una gama de vinos sin alcohol muy completa: vino tinto, blanco, verdejo y rosado. Además colabora con la Asociación Española contra el Cáncer y por cada botella vendida se destina un porcentaje a los proyectos de dicha asociación. Por lo que, además de cuidarte, aportas tu granito de arena a una buena causa. 🙂

A veces puede parecer que tienes pocas opciones, pero, si nos paramos a reflexionar un poco, somos animales de costumbres y acabamos bebiendo lo mismo una y otra vez. Así que el aburrimiento no es una excusa jeje.

El masaje perineal

El masaje perineal es una práctica que me explicaron muy de pasada en las clases de educación maternal, pero que es muy importante para tener un buen parto. Y creo que no se le da la importancia que merece. Para todos los que no sepáis de lo que hablo el masaje perineal consiste en hacer un masaje en la zona perineal (el espacio entre la vagina y el ano) con el objetivo de flexibilizar la zona y evitar episiotomías (pequeño corte que hace el ginecólogo durante el parto en la zona perineal para evitar desgarros).

Lo ideal es que tu pareja o alguien de confianza pueda hacerte el masaje a diario, ya que puede hacer presión en la zona con mayor facilidad que uno mismo. No obstante, sino encuentras a nadie te recomiendo que lo hagas tú, mejor poco que nada. No es difícil de hacer, puedes acudir a tu matrona para que te dé información, en internet puedes encontrar explicaciones muy claras de cómo hacerlo e incluso hay vídeos explicativos.

El masaje perineal se recomienda mínimo a partir de las 34 semanas de embarazo.  Se puede hacer con productos farmacéuticos específicos para masajes perineales, pero en mi caso recomiendo hacerlo con aceite puro de rosa mosqueta. Es la sustancia más natural que puedes utilizar, y como es aceite lubrica muy bien la zona. Puedes encontrarlo en cualquier herbolistería o parafarmacia. Es muy importante que sea puro, para que no lleve ninguna sustancia que pueda ser perjudicial para tu zona íntima.

Puede parecer una tontería, pero la vagina se tiene que abrir a un tamaño por la que la cabeza del bebé debe pasar (aproximadamente unos 10 cm) y cuanto más flexible tengas esa zona, pasará con mayor facilidad. Es beneficioso no solo para tí, sino también para el bebé.

La cuarentena

La cuarentena son los cuarenta días inmediatamente posterior al parto. Se supone que en esos cuarenta días tu cuerpo se recupera de las secuelas del parto y el bebé se adapta a su nueva vida fuera del útero materno. Pues en mi experiencia puedo decir que la cuarentena es un mito. Antiguamente no sé si de verdad se notaba el cambio producido antes y después de la cuarentena, pero hoy en día yo no he notado nada especial (y otras madres con las que he hablado tampoco lo saben). Las personas mayores te dicen en múltiples ocasiones frases como: «hasta que no pase la cuarentena no se aliviará» o «mejorará cuando pase la cuarentena». Definitivamente es una forma de hablar.

Cada cuerpo es diferente y  necesita un tiempo de recuperación diferente. Hay quien dice que hasta un año después del parto no se recupera del todo, o incluso dos años. La recuperación depende de muchos factores: edad, número de embarazos anterior, parto natural o cesárea, estado de salud, alimentación, etc. En mi caso, por ejemplo, los loquios (sangrado tras el parto) desaparecieron a las tres semanas aproximadamente sin embargo la cicatriz ha tardado más en cerrarse.

Con respecto al bebé, cada semana de vida conlleva nuevos aprendizajes y el desarrollo o madurez de algún aspecto de su cuerpo. Y tal y como pasa con las mamás, cada niño evoluciona a su ritmo. Quien te diga que después de la cuarentena se le pasarán los gases te está mintiendo, o que dormirá mejor… mentira. Hay problemas que se solucionan solos con el tiempo, por ejemplo los pequeños granitos o puntitos rojos que le salen al bebé en la cara y el cuello los primeros meses de vida; pero hay otros que por mucho que pasen cuarenta o cincuenta días no se van a solucionar si los padres no ponemos remedio, como el problema de los gases.

En definitiva, la cuarentena es una medida de tiempo que en lo referente a la maternidad no sirve para nada ni mide nada, según mi experiencia. Cada cual tiene sus tiempos, que deben ser respetados por uno mismo y por su entorno.

Próximamente subiré algunos posts sobre aspectos del embarazo y/o la maternidad que me resultan interesantes y algunos que no se conocen mucho. Espero que os ayuden, inspiren y entretengan.

 

 

Mujer.

Si en algún momento de mi vida me he sentido más mujer que nunca ha sido mientras estaba embarazada.

Me sentí MUJER de una forma original, primitiva, mi yo más animal. Nada que ver con las convenciones sociales de lo que significa ser mujer, no tiene que ver con feminismo ni con maquillaje. Simplemente sentirme mujer, fuerte, sexy, poderosa, creadora de vida. Fue un momento de mi vida que me gusta compartir con otras personas, es un periodo mágico.

Durante el embarazo los niveles hormonales del cuerpo se disparan y descompensan de diferente forma. Con lo cual, cada mujer vive su embarazo de forma muy distinta según su cuerpo y  sus niveles hormonales. En mi caso, debo reconocer que mi embarazo ha sido muy bueno, y me ha permitido disfrutar prácticamente de cada momento.

El cuerpo de la mujer, por lo general, viene perfectamente diseñado para concebir un nuevo ser. Así que meses antes de quedarme embarazada ya había eliminado cualquier componente químico (anticonceptivos) que me dificultara el proceso natural de quedarme embarazada. También empecé a tomar aceite de onagra, un remedio natural que ayuda a regular el ciclo menstrual, nivelar las hormonas y el flujo vaginal. A los tres meses quedé embarazada.

Desde ese mismo instante algo en mi interior cambió, y me he descubierto a mí misma más consciente, más equilibrada, más feliz, más constante, con mayor compromiso, mayor fuerza de voluntad… una versión mejorada de mí. Facetas de mí que se perfeccionaron por formar parte activa del ciclo de la vida.

Abandonar malos hábitos como el consumo de alcohol, tabaco o comida basura no fue difícil. De hecho, comencé a considerar verdaderamente absurdo algunos comportamientos provocados por dicho consumo. Por ejemplo comer o tomar café en una terraza a las tres de la tarde en pleno Julio a 38 grados, o la de barbaridades que se puede decir cuando estás borracho.

El apetito no me cambió (yo ya cuidaba mi alimentación antes de quedarme embaraza), las náuseas desaparecían si comía algo (frutos secos, una pieza de fruta, un yogur…) y, durante el primer trimestre, me llenaba con facilidad (por tanto, comía raciones más pequeñas). Aunque esto último fue cambiando y durante el segundo y tercer trimestre mis raciones volvieron a ser normales.

Para los dolores de espalda (que comenzaron al 5º mes) y la sensación de falta de aire (que sentí a partir de los 7 meses de embarazo) me funcionó muy bien la acupuntura. Al principio una sesión por semana y luego cada quince días.

Pero sin duda, lo que más me ayudó a llevar un buen embarazo fue mantenerme activa. Hacer ejercicio desde el minuto 1. Gracias a ello, me he sentido fuerte durante todo el embarazo, y se agradece en los últimos meses cuando tu barriga es grande y pesada jeje. En la semana 15 me apunté a clases del método AIPAP, impartidas por una matrona.

¿No sabes lo que es el método «AIPAP»? Se trata de un método ejercicio físico especializado para embarazadas. Engloba mantenimiento general y más específico de la zona pélvica, trabajando con más intensidad todos los músculos, tendones y ligamentos que participan en el parto. Son ejercicios que se realizan en el agua, con lo cual el se trata de movimientos suaves y el impacto sobre las articulaciones es menor. En mi caso, aún no había instalaciones disponibles para hacerlo en el agua, así que lo hacíamos adaptado fuera del agua. Pero si tienes oportunidad en tu ciudad de hacerlo en el agua te lo recomiendo encarecidamente. Este método surge en 2012 fruto de la investigación del matrón Félix Jiménez Jaén, quien realizó un ensayo clínico cuyos resultados concluyeron que, gracias al método AIPAP, se redujo la probabilidad de cesárea y/o parto instrumentado, y aumentó de un 69,29% a un 96,58% el número de partos naturales. Haz clic en el siguiente enlace si deseas más información.

2012_Ensayo_clínico_método-AIPAP

Quedarme embarazada cambió mi vida, a mejor. No sólo mi barriga creció de tamaño, también crecí como persona. Creo firmemente que conseguí ser MUJER en su sentido más amplio.