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10 cosas que no hago desde que soy madre.

Antes que nada quiero aclarar que lo que voy a contar ha sido consensuado y decidido en familia, pero es sólo, y en definitiva, mi caso particular. No significa que sea mejor o peor que lo que deciden otras familias. Aquí estamos para compartir, no para juzgar.

La maternidad es un hito en la vida que llena de amor cualquier pequeño vacío que tengas. Es embriagador, pero también conlleva sacrificios. Algunos de ellos los haces de forma natural y otros cuestan un poco más, pero los haces por tu bebé, porque sabes que es lo mejor para él y para cubrir sus necesidades.

A continuación voy a enumerar 10 cosas que ya no hago, compro o consumo desde que tuve a mi bebé.

  1. No bebo alcohol ni fumo. La cafeína o teína la tomo de forma muy ocasional. Con lactancia materna a demanda no quiero arriesgarme a que ninguna sustancia tóxica pase a la leche a través del torrente sanguíneo.
  2. No me automedico. Tomo los medicamentos justos e indispensables. Además siempre compruebo su compatibilidad con la lactancia en la pág web http://www.e-lactancia.org.
  3. No salgo por las noches. La rutina de la noche es muy importante para que nuestro bebé duerma, así que hay que estar prontito en casa.
  4. No veo la televisión. Hemos decidido evitar las pantallas hasta que el bebé cumpla un par de años así que no vemos la tele, tablet o móvil cuando estamos con él.
  5. No uso pintalabios que no sean permanentes. Para no manchar al peque.
  6. No uso colonia. Cuando el bebé es recién nacido te recomiendan que no uses perfumes y colonias para que no interfiera en tu relación con el bebé, ya que, como no ven bien, se guían por los otros sentidos, el olfato es primordial durante esta primera etapa.
  7. No uso ni compro zapatos de tacón alto. Básicamente no uso zapato de tacón, pero si lo hago, opto por un zapato de tacón medio y ancho. La comodidad por encima de todo.
  8. No me pongo ni compro vestidos que no tengan escotes amplios o botones que pueda desabrochar para dar el pecho. Me olvido de vestidos de cuello vuelto, cuello alto, cuello a la caja… Con las camisetas y camisas no tengo problemas porque los puedo subir por la cintura.
  9. No uso reloj ni anillos o pulseras que puedan arañar, clavarse en la piel del bebé o que pueda meterse en la boca y acabar tragando alguna pieza pequeña.
  10. Y, por último, siguiendo un poco en la línea de lo anterior, no me dejo las uñas de las manos largas. Prefiero llevarlas cortas y siempre limadas para no arañar al peque.

Seguro que me dejo alguna en el tintero pero estas son las más cotidianas. ¿Qué os ha parecido? ¿Qué habéis dejado de hacer por vuestros hijos? Si os ha gustado u os gustaría aportar alguna idea dejádmelo en comentarios.

La crianza respetuosa

Actualmente sabemos que, a lo largo de la historia, se han cometido muchos errores en cuanto a la crianza y la educación de los niños. Los pediatras, psicólogos, pedagogos, sanitarios o científicos de cada época, con la mejor intención, por supuesto, recomendaban y recetaban pautas de actuación a los nuevos padres que estaban supeditadas  a las condiciones sociales, históricas y los adelantos científicos que hubiera en esa época en el lugar donde estuvieran. No hace falta irse muy atrás, seguro que si preguntamos a nuestras madres o abuelas nos contarán maneras para criar un niño muy diferentes de las que ponemos en prácticas las madres de hoy en día. Y nos decimos que es normal, que eran otros tiempos.

La última corriente sobre crianza materna  se llama crianza respetuosa. Metodología que en las redes sociales es muy aclamada pero que a pie de calle es muy criticado por muchos padres y abuelos. Voy a explicar un poco qué es y en qué se basa, según los libros que he leído, el boca a boca y la cultura internauta.

La crianza respetuosa es un modelo de crianza basado en la parte más natural del ser humano, en el aspecto más primitivo de nuestra especie. Si eliminamos el contexto social que nos rodea ¿cómo se criarían a los niños? ¿cómo lo hacían en la prehistoria? ¿cómo lo hacen nuestros parientes más cercanos, los primates? Hace millones de años no existía la leche de fórmula, ni se dejaba llorar a una cría hasta que se durmiera (entre otras cosas porque atraería a depredadores y se lo comería), tampoco se llevaban las crías en carros ni vehículos sino que se llevaban encima… Se basa en la relación entre la madre y la cría, de forma natural, respetando que el cuerpo de la mujer está diseñado para ser madre y el del bebé dependerá de su madre hasta que sea maduro física y psicológicamente  para sobrevivir solo en el medio que le rodea. Siguiendo este método el bebé no es un ser ‘malvado y caprichoso’ que ha venido para desafiar la autoridad de sus padres ni desbancar el lugar de nadie. Un bebé no llora porque le apetezca, no quiere estar en brazos de su madre ni pide atención para demostrar nada a nadie. Simplemente es un ser humano original, como una pizarra en blanco. Sólo tiene los instintos básicos animales (alimentación , sueño y seguridad) y poco a poco va adquiriendo y aprendiendo de su entorno. El bebé presenta unas necesidades que sus padres deben satisfacer para que crezca sano y se convierta en la persona maravillosa que deseamos. Dichas necesidades van cambiando conforme el niño va creciendo y desarrollándose. Cuanto antes aceptemos los padres que las necesidades de nuestros hijos no son caprichos y que deben ser atendidos, la relación entre padres e hijos mejorará y se aliviarán muchas tensiones que padecemos los padres que tenemos bebés.

El bebé se considera un individuo que merece ser tratado con el mismo respeto y consideración que un adulto. Y por ello la crianza respetuosa fomenta la convivencia y educación de los hijos sin gritos ni castigos de ningún tipo. Propone otra serie de técnicas más colaborativas, basadas en la confianza y el diálogo. Podemos encontrar frases como ‘tener disciplina no significa ser estricto’ o ‘no hace falta ser agresivo para demostrar que hablas en serio’. De esta forma los hijos crecen en un entorno más amable y confortable, así se convertirán en adultos felices, comprensivos, cariñosos, creativos, familiares y leales.

Espero haber aclarado un poco cual es la idea de esta corriente de crianza y educación familiar. Autores destacados con libros que son de lectura obligatoria en este método son Carlos González y Rosa Jové. Personalmente a mí me gusta esta forma de afrontar la maternidad, pero pienso que, como todo en esta vida, los extremismos no son buenos, y que cada familia debe adoptar las medidas necesarias para criar a sus hijos que mejor se adapte las sus características, tanto las características de los hijos como la de los padres. Cada niño es un mundo y le funcionan unas formas de actuar diferentes, así que cada padre deberá no sólo tirar de lo conocido sino buscar nuevas formas para conseguir conectar con su hijo al nivel que quiera, siguiendo el o los métodos que quiera. Al menos eso hago yo. 🙂