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Los nuevos cuentos del peque (nuevas adquisiciones por el Día del Libro)

Para terminar este mes de los libros, os voy a enseñar los que le hemos comprado a nuestro bebé de un año. Con tanto evento y ferias del libro por todas partes han caído tres cuentos nuevos. Algunos ya los habéis visto en mi Instagram 👈 pero aquí os voy a comentar mis impresiones.

«El Pollo Pepe Quiere Jugar» (Editorial SM)

Este libro cuenta con ventaja porque mi bebé ya conoce al pollo Pepe, con lo cual ha sido su favorito desde que se lo contamos por primera vez. La historia es sencilla, el pollo Pepe no encuentra la pelota para poder jugar y la busca por varios lugares con ayuda de otros animales amigos.

Este libro está diseñado en cartón duro, muy resistente. Es de pequeño tamaño, por tanto el bebé puede pasar de página con facilidad. Las imágenes son sencillas y atractivas y el texto corto y repetitivo. Por tanto, el bebé lo memoriza rápido y anticipa lo que van a decir los personajes.

«Animales. 10 sonidos de animales» (Editorial Susaeta)

Este libro tiene como principal característica que, cuando pulsas el botón con la cara del animal correspondiente, suena el sonido de dicho animal. A mi bebé le encanta la música y es muy sensible a los sonidos, por tanto, le encanta. Es de mayor tamaño, por tanto es más difícil de manejar para él. No obstante es de cartón duro, muy resistente y las ilustraciones son muy bonitas y ricas en detalles, te da mucho juego para ampliar vocabulario y contar historias. El texto es sencillo, corto y con rima, lo que le da mucha musicalidad a la narración. Me gusta especialmente que haya animales de todo tipo: mascotas, animales de granja, animales domésticos, de la sabana africana y animales acuáticos.

Por último, pero no menos importante, el libro guante de ‘Los tres cerditos‘ (Editorial Edebé).

¡Qué decir de los tres cerditos! ¡Es uno de los clásicos favoritos de los niños! Y aunque es pronto para adentrar a mi bebé en el maravilloso mundo de los cuentos tradicionales, decidimos comprarle esta versión porque está diseñado en tela, así que el bebé puede manejarlo como quiera, e incluye las marionetas de dedos de los personajes. Las posibilidades son enormes no sólo para teatralizar el propio cuento sino para inventar historias nuevas.

Estoy encantada con los tres y mi bebé disfruta mucho con ellos, sentándose en nuestro regazo para que le contemos las historias una y otra vez 🥰. Y yo disfruto el doble viendo cómo ama los libros. Ojalá nunca pierda esas ganas de conocer historias y perderse entre libros.

Libros para mamás y/o futuras mamás.

Toda mujer cuando se queda embarazada por primera vez piensa que no sabe por dónde empezar. Comienza entonces  una búsqueda de información intensiva para dar respuestas a todas sus preguntas (que son muchas), ya sea preguntando a familiares y amigos o a través de internet. En mi caso me ayudaron mucho, no solo mi familia y profesionales sanitarios, sino también la app Babycenter y una relación de libros que voy a detallar a continuación. Algunos de ellos creo fielmente que deben ser de lectura obligatoria durante el embarazo y primeros meses de maternidad.

El primer libro se llama «La biblia del embarazo» de la Doctora Anne Deans (Ed. Grijalbo). Lo más interesante de este libro es que te detalla semana a semana los cambios en el desarrollo del feto y los cambios en el cuerpo de la embarazada. Es un libro de consulta, para tenerlo a mano cada semana y leer la evolución de tu bebé. Así como otros muchos apartados interesantes como el papel del padre o cómo mantenerse bien durante todo el proceso del embarazo y el puerperio.

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El siguiente libro es un «must» para toda futura mamá: «Un regalo para toda la vida» del Doctor Cárlos Gónzalez (Ed. Booket). Se trata de una guía detallada y muy bien explicada sobre lactancia. Es el manual perfecto que te explica cómo dar el pecho, qué problemas puedes tener, cómo solucionarlos, destapa mitos y falsas creencias, etc. Yo lo tengo organizado con separadores de colores en los capítulos que más me interesan para poder acudir a él cuando me hace falta: cuando me duele el pecho al mamar, cuando quiero guardar y congelar leche, etc. Da igual si quieres dar el pecho durante mucho o poco tiempo, debería ser leído por toda mamá primeriza porque te va a ayudar mucho a saber qué tienes que hacer esas primeras semanas después de tener al bebé.

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El tercer libro, también de Carlos González, se llama «Bésame mucho«(Ed. Temas de Hoy). Este libro te ayuda a entender las necesidades de tu bebé. El bebé llega al mundo con los instintos básicos y primarios propios de la especie humana. Y para poder entenderlos debemos ser conscientes de las características socioculturales que nos rodean y nos condicionan como madres. Por ejemplo, el bebé llora cuando está solo. ¿Por qué? Por pura supervivencia, hace miles de años si un bebé no lloraba para que lo cogieran y lo protegieran  podía venir cualquier animal peligroso y comérselo. Y su madre, posiblemente, acudiría lo antes posible, pues cuanto más tiempo estuviera el bebé llorando más probabilidades había de que el depredador pudiera encontrarle. Como este ejemplo hay muchos. Este libro es muy interesante porque te ayuda a ver las necesidades del bebé desde otro punto de vista. Recomendable 100%.Resultado de imagen de

Y por último, pero no menos importante, un poco de humor cuando ya han pasado los primeros meses e intentas volver a la rutina. «Desayuno con lactantes» de Mamá Saturada (Ed. Martínez Roca) te sacará más de una sonrisa y alguna que otra carcajada. Muy fácil de leer, lo recomiendo al 100%.

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Espero que esta selección sirva para orientar a todas las mujeres que se encontraron como yo hace ya casi dos años. Os dejo los links en el título de cada libro por si os interesa. Si conocéis otros libros que os hayan sido de mucha ayuda en estos momentos tan intensos déjame los títulos en los comentarios. Compartir es crecer.

 

¡Hoy va por vosotros, papis!

La publicación de hoy la quiero dedicar a los papás. Los grandes olvidados, y perjudicados, en esto de ser padres. ‘Cria fama y échate a dormir’ dice el refranero español. Y los padres siempre han tenido fama de no saber ni cambiar un pañal, de no saber qué le pasa al bebé cuando llora, de no peinar bien a sus hijas o de no saber elegir la ropa correcta. Además, hasta hace poco apenas tenían unos días de permiso para conocer al bebé y conocerse ellos mismos como padres. Días que, tristemente, sólo servían para tramitar los papeles del nacimiento del bebé, el libro de familia y el propio permiso de paternidad.

Pues yo hoy quiero romper una lanza a favor de los papás. El modelo de padre de hoy en día ha cambiado, y hablo por experiencia propia. El padre del siglo XXI cambia pañales, cocina, canta nanas, peina mejor a l@s niñ@s que una misma y daría el pecho si pudiera. El padre actual lee sobre crianza, sabe dónde está guardada la ropa del bebé, qué talla usa, juega, llora y pasa tiempo con su hij@. También va al pediatra y se levanta por las noches cuando el/la niñ@ se despierta.

En la época de mi padre nadie enseñaba cómo ser un buen padre. Lo poco que sabían es lo que habían visto en su casa, que ,la mayoria de veces, era un padre distante y autoritario que llegaba tarde de trabajar, a lo justo para cenar, hablar un poco y dar un beso de buenas noches a sus hij@s. Este patrón, bastante cómodo por cierto, se repetía una y otra vez. Pero, afortunadamente, la relación padre-hij@ ha cambiado con el tiempo. La situación laboral de los padres ha cambiado, la edad media de los padres también y la educación recibida. Por tanto, nos encontramos padres que se involucran activamente en la crianza y educación de sus hij@s y que, realmente, hacen equipo, crean una tribu, en definitiva, forman una familia.

Mis felicitaciones a todos los superpapis, que están ahí al pie del cañón día tras día. Hoy es el día del padres y os merecéis un GRACIAS enorme por todo lo que hacéis.

Los niños y las nuevas tecnologías, dispositivos de pantalla.

Mi bebé de un año no usa pantallas. No ve la televisión, ni le enseñamos la tablet ni el móvil y, bajo ningún concepto, se lo damos. ¿Por qué? Porque es perjudicial para su desarrollo.

La Asociación Americana de Pediatría no recomienda el uso de tecnología de pantalla hasta los 24 meses de edad. Y a partir de esa edad, siempre programas o aplicaciones con valor educativo y acompañados de un adulto que les ayude a entender lo que están viendo, al menos hasta los 5 años. Las móviles y tabletas no son niñeras para cuidar y calmar a nuestros hijos, eso debemos hacerlo los padres.

Los bebés desarrollan habilidades cognitivas, comunicativas, sociales, motrices… gracias a la exploración con sus manos y la interacción con sus padres y/o cuidadores, no con pantallas. Ya que nos adaptamos al ritmo y las necesidades del niño. Además se relaciona la exposición durante estas edades a programas o juegos de ritmo rápido con dificultades para la concentración, el cerebro de un bebé no está lo suficientemente desarrollado para asimilar tanta información a tal velocidad.

La exposición excesiva a pantallas en el hogar reduce el tiempo de comunicación y de juego entre padres e hijos. Lo cual va en detrimento de la relación entre ambos, pudiendo crear conflictos en un futuro. Tampoco debemos olvidar que el tiempo ante pantallas se pasa, habitualmente, sentado y sin apenas movimiento. Este sedentarismo perjudica el desarrollo motriz del bebé, y se relaciona con una función ejecutiva más pobre. De hecho, tengo compañeras que ya evidencian alumnos en la etapa de educación infantil con dificultades para manipular objetos pequeños, como los lápices.

A partir de los 5 años, somos los padres los que debemos enseñar a nuestros hijos a utilizar las tecnologías como una herramienta, y crear una relación sana. Evitando que el uso de la tecnologías sustituya otros hábitos saludables como hacer ejercicio o tener una buena vida social. ¿Cómo? Estableciendo límites de tiempo (se recomienda máximo una hora al día, y estableciendo momentos libre de tecnologías, como por ejemplo la hora de las comidas), de calidad (siempre contenidos con valor y fomentando el diálogo sobre la buena educación en la red) y de espacio (establecer lugares en el hogar libre de tecnologías, como el dormitorio por ejemplo). En la página web de la Asociación Americana de Pediatría podemos encontrar una herramienta para crear un Plan de Consumo familiar adaptado a las necesidad de cada familia. Sólo tenéis que ir contestando a las preguntas y, al finalizar, descargar un pdf con tu plan a medida. Dicho plan puedes imprimirlo y ponerlo en algún sitio visible de la casa. Aquí os dejo el enlace AAP MEDIA PLAN.

Para terminar, remito a declaraciones del neuropsicólogo Álvaro Bilbao, autor del libro «El cerebro del niño explicado a los padres», que explica que la interacción de los niños con los dispositivos de pantalla genera en el cerebro pequeñas descargas de dopamina, un neurotransmisor que está muy relacionado con las adicciones. De ahí que muchos niños se enfaden mucho cuando les quitan o les privan del móvil o la televisión. Es una de las responsables de la dependencia a la tecnología que tenemos hoy en día. Y para evitar este enganche, es necesario establecer normas claras en cuanto al uso de estos aparatos y sobretodo mucha comunicación.

7 claves para educar a un niño en la igualdad.

Como madre de un niño varón, tengo una gran responsabilidad para con las mujeres de nuestra sociedad: educarlo para un futuro en el que celebrar el Día de la Mujer el 8 de marzo tenga cada vez menos sentido. Un futuro en el que la igualdad sea tan evidente que no haya que reivindicarla. Educar el hombre del mañana.

Plantar la semilla de la igualdad ahora, en sus primeros años de vida, le permitirá crecer con unos valores sólidos. Valores que no se tuerzan a través de los años, y que lo lleven a ser un hombre justo y respetuoso en el futuro. ¿Cómo? Aquí os dejo algunas propuestas.

  1. Juguetes. Elegir juguetes según las preferencias del niñ@ y su valor educativo en vez del género. Los niñ@s puede jugar con un coche, un carrito de bebé, una pelota o una escoba indistintamente.
  2. Disfraces y juegos. Al igual que con los juguetes los niños pueden disfrazarse y jugar a ser la persona o personaje que le apetezca, independientemente de su género. Una niña puede disfrazarse de Spiderman y un niño de Vaiana.
  3. Ropa. Vestir a nuestros hijos con variedad de colores y texturas desde que son bebés. Desterremos el rosa para las niñas y el azul para el niño. Hay muchos colores, ¡démosle un poco de alegría al armario!
  4. Lenguaje. Evitar frases como ‘los hombres no lloran’ o ‘eso no, que es de niñas’. También otras como ‘un hombre es más fuerte que una mujer’ o ‘es cosa de hombres’. Y, por supuesto, dejar de usar términos como ‘nenaza’, ‘mariquita’, ‘tierno’, ‘machorra’, etc.
  5. Grupos mixtos. Hacer siempre parejas y/o equipos sin diferenciar en género, así se acostumbrará a prestar atención a las cualidades de la persona más que en si es niño o niña, hombre o mujer.
  6. Educación. Por supuesto, una buena educación dentro de la casa familiar donde prime el diálogo, la corresponsabilidad en tareas del hogar y el respeto. Los niñ@s deben participar en la vida doméstica desde pequeños, según sus capacidades y no según su género, y ser un miembro activo en las dinámicas familiares. Todos deberíamos aprender a poner una lavadora y plancharnos la ropa, nunca sabemos cuándo nos puede hacer falta.
  7. Contacto físico. Nunca forzar el contacto físico con otras personas (excepto en casos de emergencia, claro), ni siquiera los besos a la abuela. Los niñ@s deben aprender que ellos son los dueños de su cuerpo y nadie debe invadir ese espacio sin su consentimiento. También aprenden así a respetar el cuerpo de los demás.

El camino no es fácil pero merecerá la pena si las nuevas generaciones no caen en hábitos anticuados e irrespetuosos, y las mujeres del futuro puedan ir por la calle sin que las aborden con frases inapropiadas, por ejemplo, o estar en una discoteca sin que le pellizquen en culo o conseguir unas condiciones laborales igualitarias.

¡Feliz 8 de Marzo a tod@s!

Feliz cumpleaños, bebé.

Feliz primer año de vida, mi pequeño. ¡Has conseguido tanto! 🥰

Enhorabuena por sonreír cada día, por crecer sano y fuerte (a veces siento que creces demasiado rápido para mí), por ser claro expresando tus ideas y sentimientos; enhorabuena por tus primeros pasos, por ser capaz de soltarte de mi mano y volver a ella cuando me necesitas y enhorabuena por tus primeras palabras, aunque ninguna de ellas haya sido ‘mamá’.

Felicidades también por todo lo que, sin querer, has conseguido de nosotros. Por hacer que nuestro hogar rebose amor y compromiso, por llenar nuestras vidas de risas y complicidad, por alegrar los días grises de tus abuelos y por encender el brillo en los ojos de tus primos y tíos.

Prometo seguir acompañándote en el camino y mantenerte a salvo. Prometo convertirme en exploradora, pirata, astronauta, doctora, detective, piloto, paleontóloga… y compartir contigo miles de horas de aventuras y juegos. Prometo respetarte y apoyarte en tus inquietudes y pasiones, aunque, a veces, eso signifique ser la madre loca y pesada que te acompaña a todas partes. Prometo comerte a besos y a achuchones. También pedirte perdón cuando me equivoque. Prometo educarte en el amor, el respeto, la empatía y la alegría.

Te quiero,

Mamá 🤱🏻

6 meses de Baby Led Weaning (alimentación complementaria autorregulada)

Para quien no conozca este nombre, el ‘Baby Led Weaning’ es un método de introducción de los alimentos que se basa en comer alimentos sólidos a demanda. La primera vez que oyes hablar del método te suena rarísimo, pero cuando ahondas un poco y conoces cómo aplicarlo y sus beneficios, el BLW (abreviatura de Baby Led Weaning) te engancha.

Aunque sigue siendo un gran desconocido para muchos, la AEPED (asociación española de pediatría) ya lo recomienda en su último informe sobre alimentación complementaria, en la página 15. Os dejo el enlace aquí 👈.

Es un método que se adapta al ritmo evolutivo del niño, es decir que un bebé puede empezar a comer con 6 meses pero otro quizás no empiece hasta los 8 meses. Es muy importante esperar a que el bebé muestre interés por la comida. Nunca debemos forzarlo a comer. Pues la intención es crear una buena relación entre el niñ@ y los alimentos, comer debe ser un momento agradable del día. De hecho mi hijo empezó a los 6 meses, pero a partir de los 8 observé un cambio importante.

Aplicando este método te olvidas de papillas, purés, batidora, termomix… ya que el niñ@ probará los alimentos en su forma original. Lo único que tenemos que hacer es adaptarle la dureza cociendo o hirviendo al vapor. Por ejemplo: patata cocida, manzana asada, calabacín a la plancha, pollo hervido… De esta forma el bebé comienza a reconocer el sabor de cada alimento. La verdad es que es muy cómodo.

Las cantidades que come las autorregula el propio niño, es decir que come lo que quiere según sus gustos y apetencia en ese momento. De hecho, mi hijo hay días que come casi nada y otros que come en todas las comidas del día. Pero puedo estar tranquila porque esto es alimentación complementaria, complementa su ingesta de leche (que debe ser su fuente principal de alimento durante, al menos, el primer año de vida). El BLW se compagina con la lactancia materna o leche de fórmula. De esta forma no existe el agobio que se produce cuando el niñ@ no come lo suficiente, pues está perfectamente nutrido y alimentado con la leche.

Debo reconocer que, tras 6 meses de aplicación del método, yo pensaba que mi bebé iba a comer más cantidad de sólidos y menos de leche. Pero, como he mencionado antes, hay que adaptarse al ritmo del niño así que sólo tengo que tener paciencia. Tal y como explica el doctor Carlos González en la conferencia sobre alimentación que os dejo aquí abajo, mi objetivo es a largo plazo: quiero que mi bebé aprenda a comer de forma autónoma todo tipo de alimentos. Y, según mi punto de vista, esta es la mejor forma de conseguirlo.

 

Pros y contras de la lactancia materna a demanda

La Organización Mundial de la Salud, la OMS, recomienda lactancia materna exclusiva los primeros 6 meses del vida del bebé y combinada con alimentación complementaria hasta los 2 años de edad.

La leche materna aporta todos los nutrientes necesarios para el recién nacido durante este tiempo, reduce el índice de mortalidad infantil, fortalece su sistema inmune, disminuye la posibilidad de desarrollar posteriormente obesidad y diabetes, incluso mejora el desarrollo cognitivo del bebé. En cuanto a la madre, previene la aparición de cáncer de ovario y de mama, entre otras enfermedades.

Todo esto lo puedes leer en la página web de la OMS. No obstante, a efectos prácticos y en base a mi experiencia, la lactancia materna conlleva muchas más ventajas y también inconvenientes.

Ventajas de la lactancia materna a demanda:

  1. Comodidad. Es muy cómodo no tener que estar preocupada cada día por biberones, limpia biberones, calienta biberones, tetinas, etc. En cualquier lugar y cualquier momento sólo hace falta la madre y su pecho.
  2. Ahorro. Evitas gastar mucho dinero en leche de fórmula, cereales y otros productos además de los mencionados en el apartado anterior.
  3. Conexión. Se crea un vínculo muy potente entre el bebé y su madre, pues el pecho no sólo lo alimenta sino también lo calma, lo relaja, lo adormece, lo reconforta…
  4. Salud. La lactancia materna a demanda disminuye la probabilidad de tener mastitis y otras infecciones en el pecho, ya que cada poco tiempo el pecho se vacía y no dejas que se acumule la leche hinchando y perjudicando a la mama. Además, en mi caso particular, la lactancia ha permitido que mi metabolismo esté súper activo y esto me ayuda a no acumular grasa ni líquidos. Vamos, que no estoy tan delgada desde hace muchos años jeje.
  5. Tranquilidad. Con la lactancia materna a demanda estamos tranquilos de que el bebé está bien alimentado y no le falta ningún nutriente. Así que con los meses dejas de preocuparte por cuánto pesa y si ha puesto o no peso cada semana.

Por otra parte, también hay inconvenientes:

  1. Inicio doloroso. La primera semana, en la que el bebé no sabe mamar bien y tú no sabes colocarlo bien, pueden aparecer heridas en el pezón bastante dolorosas. Si no pides ayuda a tiempo, puedes plantearte abandonar la lactancia ya que el bebé mama con demasiada frecuencia y no da tiempo a curar esas heridas.
  2. Dependencia. La relación madre-hijo es preciosa pero muy dependiente. No sólo eres la figura de apego principal del bebé por ser su madre, sino que eres la única que le proporciona alimento, nadie puede darle el pecho por tí. Por tanto, no puedes separarte del bebé durante mucho tiempo. Con El Paso de los meses el bebé comprenderá esto también y no tolerará que te apartes de él, apareciendo la famosa ‘ansiedad por separación’. Es cuestión de supervivencia, es instintivo y natural, si no como me muero, así que no te alejes.
  3. Periodos de sueño cortos. La leche materna se digiere más rápido que la leche de fórmula, eso significa que al bebé le despertará el hambre antes que si tomara leche de fórmula. Por tanto hay más despertares nocturnos y las siestas suelen ser más cortas.
  4. Crisis de lactancia. La demanda del bebé cambia al mismo ritmo que su crecimiento, y nuestra producción se adapta a su demanda. Estos periodos de adaptación se traducen en: el bebé demanda pecho más a menudo, parece que no se sacia, llora en el pecho, está intranquilo, no quiere mamar… Estas crisis también son momentos críticos en los que puedes plantearte abandonar la lactancia, aunque informándote bien sabes que es temporal.
  5. Moda. Tu ropa se resume a aquello que sea cómodo para amamantar: escotes amplios, sujetadores de lactancia, camisas… por tanto hay prendas en mi armario que no veré hasta dentro de unas cuantas temporadas.

Seguro que si entramos en detalle hay muchas más, pero estas son las más significativas para mí. Mi experiencia está siendo muy gratificante y muy positiva. ¿Y vosotr@s qué pensáis de la lactancia materna a demanda? ¿Os compensan los pros frente a los contras? Me gustaría dar las gracias a mi familia, por apoyarme en mi decisión , aconsejarme y comprenderme. Gracias a la asociación de apoyo a la lactancia Cuídame por ayudarme cuando he tenido problemas o dudas con respecto a la lactancia, por su eficacia, su cariño y su dedicación en cualquier momento del día. Hacéis una labor muy bonita. Y también a Laura Gil Matrona por asesorarme, acompañarme en todo este tiempo y proporcionarme información, libros y recursos para hacerlo lo mejor posible.  ¡Eres la mejor! 😘😘

10 cosas que no hago desde que soy madre.

Antes que nada quiero aclarar que lo que voy a contar ha sido consensuado y decidido en familia, pero es sólo, y en definitiva, mi caso particular. No significa que sea mejor o peor que lo que deciden otras familias. Aquí estamos para compartir, no para juzgar.

La maternidad es un hito en la vida que llena de amor cualquier pequeño vacío que tengas. Es embriagador, pero también conlleva sacrificios. Algunos de ellos los haces de forma natural y otros cuestan un poco más, pero los haces por tu bebé, porque sabes que es lo mejor para él y para cubrir sus necesidades.

A continuación voy a enumerar 10 cosas que ya no hago, compro o consumo desde que tuve a mi bebé.

  1. No bebo alcohol ni fumo. La cafeína o teína la tomo de forma muy ocasional. Con lactancia materna a demanda no quiero arriesgarme a que ninguna sustancia tóxica pase a la leche a través del torrente sanguíneo.
  2. No me automedico. Tomo los medicamentos justos e indispensables. Además siempre compruebo su compatibilidad con la lactancia en la pág web http://www.e-lactancia.org.
  3. No salgo por las noches. La rutina de la noche es muy importante para que nuestro bebé duerma, así que hay que estar prontito en casa.
  4. No veo la televisión. Hemos decidido evitar las pantallas hasta que el bebé cumpla un par de años así que no vemos la tele, tablet o móvil cuando estamos con él.
  5. No uso pintalabios que no sean permanentes. Para no manchar al peque.
  6. No uso colonia. Cuando el bebé es recién nacido te recomiendan que no uses perfumes y colonias para que no interfiera en tu relación con el bebé, ya que, como no ven bien, se guían por los otros sentidos, el olfato es primordial durante esta primera etapa.
  7. No uso ni compro zapatos de tacón alto. Básicamente no uso zapato de tacón, pero si lo hago, opto por un zapato de tacón medio y ancho. La comodidad por encima de todo.
  8. No me pongo ni compro vestidos que no tengan escotes amplios o botones que pueda desabrochar para dar el pecho. Me olvido de vestidos de cuello vuelto, cuello alto, cuello a la caja… Con las camisetas y camisas no tengo problemas porque los puedo subir por la cintura.
  9. No uso reloj ni anillos o pulseras que puedan arañar, clavarse en la piel del bebé o que pueda meterse en la boca y acabar tragando alguna pieza pequeña.
  10. Y, por último, siguiendo un poco en la línea de lo anterior, no me dejo las uñas de las manos largas. Prefiero llevarlas cortas y siempre limadas para no arañar al peque.

Seguro que me dejo alguna en el tintero pero estas son las más cotidianas. ¿Qué os ha parecido? ¿Qué habéis dejado de hacer por vuestros hijos? Si os ha gustado u os gustaría aportar alguna idea dejádmelo en comentarios.

La crianza respetuosa

Actualmente sabemos que, a lo largo de la historia, se han cometido muchos errores en cuanto a la crianza y la educación de los niños. Los pediatras, psicólogos, pedagogos, sanitarios o científicos de cada época, con la mejor intención, por supuesto, recomendaban y recetaban pautas de actuación a los nuevos padres que estaban supeditadas  a las condiciones sociales, históricas y los adelantos científicos que hubiera en esa época en el lugar donde estuvieran. No hace falta irse muy atrás, seguro que si preguntamos a nuestras madres o abuelas nos contarán maneras para criar un niño muy diferentes de las que ponemos en prácticas las madres de hoy en día. Y nos decimos que es normal, que eran otros tiempos.

La última corriente sobre crianza materna  se llama crianza respetuosa. Metodología que en las redes sociales es muy aclamada pero que a pie de calle es muy criticado por muchos padres y abuelos. Voy a explicar un poco qué es y en qué se basa, según los libros que he leído, el boca a boca y la cultura internauta.

La crianza respetuosa es un modelo de crianza basado en la parte más natural del ser humano, en el aspecto más primitivo de nuestra especie. Si eliminamos el contexto social que nos rodea ¿cómo se criarían a los niños? ¿cómo lo hacían en la prehistoria? ¿cómo lo hacen nuestros parientes más cercanos, los primates? Hace millones de años no existía la leche de fórmula, ni se dejaba llorar a una cría hasta que se durmiera (entre otras cosas porque atraería a depredadores y se lo comería), tampoco se llevaban las crías en carros ni vehículos sino que se llevaban encima… Se basa en la relación entre la madre y la cría, de forma natural, respetando que el cuerpo de la mujer está diseñado para ser madre y el del bebé dependerá de su madre hasta que sea maduro física y psicológicamente  para sobrevivir solo en el medio que le rodea. Siguiendo este método el bebé no es un ser ‘malvado y caprichoso’ que ha venido para desafiar la autoridad de sus padres ni desbancar el lugar de nadie. Un bebé no llora porque le apetezca, no quiere estar en brazos de su madre ni pide atención para demostrar nada a nadie. Simplemente es un ser humano original, como una pizarra en blanco. Sólo tiene los instintos básicos animales (alimentación , sueño y seguridad) y poco a poco va adquiriendo y aprendiendo de su entorno. El bebé presenta unas necesidades que sus padres deben satisfacer para que crezca sano y se convierta en la persona maravillosa que deseamos. Dichas necesidades van cambiando conforme el niño va creciendo y desarrollándose. Cuanto antes aceptemos los padres que las necesidades de nuestros hijos no son caprichos y que deben ser atendidos, la relación entre padres e hijos mejorará y se aliviarán muchas tensiones que padecemos los padres que tenemos bebés.

El bebé se considera un individuo que merece ser tratado con el mismo respeto y consideración que un adulto. Y por ello la crianza respetuosa fomenta la convivencia y educación de los hijos sin gritos ni castigos de ningún tipo. Propone otra serie de técnicas más colaborativas, basadas en la confianza y el diálogo. Podemos encontrar frases como ‘tener disciplina no significa ser estricto’ o ‘no hace falta ser agresivo para demostrar que hablas en serio’. De esta forma los hijos crecen en un entorno más amable y confortable, así se convertirán en adultos felices, comprensivos, cariñosos, creativos, familiares y leales.

Espero haber aclarado un poco cual es la idea de esta corriente de crianza y educación familiar. Autores destacados con libros que son de lectura obligatoria en este método son Carlos González y Rosa Jové. Personalmente a mí me gusta esta forma de afrontar la maternidad, pero pienso que, como todo en esta vida, los extremismos no son buenos, y que cada familia debe adoptar las medidas necesarias para criar a sus hijos que mejor se adapte las sus características, tanto las características de los hijos como la de los padres. Cada niño es un mundo y le funcionan unas formas de actuar diferentes, así que cada padre deberá no sólo tirar de lo conocido sino buscar nuevas formas para conseguir conectar con su hijo al nivel que quiera, siguiendo el o los métodos que quiera. Al menos eso hago yo. 🙂