Archivo del Autor: Helenidad Piña

Me perdono

El primer domingo de mayo se celebra el Día de la Madre en España. Este día, las mamás o futuras mamás recibimos muchas felicitaciones y regalos. También aprovechamos para dar las gracias a nuestras madres por todo lo que han hecho por nosotros, que no es poco.

Pero este año, quiero celebrar el Día de la Madre perdonándome. Me perdono por todos los errores que he cometido como madre. Pero sobretodo, me perdono por todo aquello que he descuidado por ser madre.

Cuando te conviertes en madre, tu mundo deja de girar en el sentido de la vida que conoces. Tu mundo comienza a girar en un sentido desconocido, con el epicentro en un bebé. Un bebé que no sabe nada de tu vida, ni de la sociedad en la que vives. Un bebé que se rige por instintos. La vida se vuelve más salvaje, caótica y primitiva, como lo es tu bebé.

Y te encuentras en ese mar de emociones e instintos primarios, pero no quieres dejar de ser quien eras. Es entonces cuando aparece el conflicto contigo misma. Porque realmente has dejado de ser quien eras, para ser una versión más completa y consciente de ti misma. Quieres seguir siendo una buena trabajadora, buena ama de casa, buena hija, buena esposa, buena amiga… y llegar a todo, cómo lo hacías antes. Pero no lo consigues y es muy frustrante.

En estos años de maternidad he aprendido que hay momentos (meses, años, décadas…) en la que prima un ámbito de tu vida. Hay épocas de la vida en la que te centras en el trabajo. Otras en las que tus amigos y amigas son lo más importante. Y otras en las que, quizás, tengas que centrarte en tu familia. Durante los primeros años de maternidad, lo que prima es el desarrollo y crecimiento de tu hijo. Él o ella es tu proyecto más importante.

Aunque no nos guste, esto implica descuidar otros aspectos de tu vida. Y no pasa nada por ello. Es cierto y hay que decirlo. La gente que te quiere, te respetará y, algunos, lo entenderán. Pero lo más importante es aceptarlo uno mismo. Aceptar que no vas a poder llevar el ritmo de antes, ni tener tiempo par ciertas cosas o personas. Aceptar que todo es temporal y que hay que abrazar las nuevas etapas de la vida, sin reproches. Aceptar que eres madre y perdonarte. Yo me perdono.

Cómo conseguir que a tu hijo/a le gusten los libros

Mi hijo de 3 años tiene verdadera pasión por los libros. Cada vez que lo veo coger un libro y hacer como el que lee o buscarnos para que se lo leamos, me lleno de orgullo y pienso que algo estamos haciendo bien.

Por eso, y porque el 23 celebramos el día del libro, he querido reflexionar sobre cómo hemos fomentado en nuestro pequeño su amor por la lectura. Y así, poder ayudar a todo aquel que quiera promover el hábito lector en sus hijos/as, familiares y/o incluso sus alumnos/as.

A continuación, encontrarás 5 maneras de fomentar el hábito lector en niños/as:

1. Llena el espacio de libros. Es importante que siempre haya libros a la vista. En nuestro caso, desde que nuestro peque nació, tenemos cuentos en todas las estancias de la casa donde solemos pasar más tiempo. Tenemos libros en el salón, en la cocina, en el cuarto de baño y en los dormitorios, tanto en nuestro cómo el de él. De esta forma, creamos muchas oportunidades de lectura al día. Incluso hemos llevado desde el principio mini libros en el carrito o silla de paseo y en el coche.

2. Utiliza libros adaptados a la edad de tu hijo/a. Es importante que el niño/a manipule el libro, tenga la edad que tenga. Los 5 sentidos tienen que estar implicados para que la experiencia sea completa. El niño debe ver, tocar, oler, apretar, darle la vuelta, abrir, cerrar, doblar páginas, incluso (dependiendo de la edad) chupar el libro. Por eso lo ideal es que, con niños pequeños, utilicemos libros de cartón duro, libros de tela, libros de plástico, libros con texturas o con olores, de diferentes tamaños… libros resistentes. Evita los libros con páginas frágiles o libros muy valiosos, ya que en vez de disfrutar jugando con tu hijo/a y el libro, te pasarás todo el tiempo preocupado de que no se rompa.

3. Establece momentos de lectura juntos. Las rutinas son esenciales en la vida de cualquier niño, incluso diría que de cualquier persona ya sea adulto, adolescente o niño. Las rutinas nos dan seguridad y las que son en familia sirven también para crear vínculo. Elige uno o dos momentos al día que puedas dedicar a leer con tu hijo/a diariamente. Ejemplos muy comunes son la hora del baño y la hora de irse a dormir. Es especialmente importante que la lectura compartida (el padre/madre lee el cuento al hijo/a o el hijo/a lee el cuento al padre/madre) no desaparezca con el tiempo. Muchos padres caen en el error de que cuando los hijos aprenden a leer, ya no leen con ellos, y por tanto el vínculo se debilita y carácter afectivo que tiene ese momento se pierde.

4. La repetición no es aburrida. Posiblemente tu hijo/a te pida que le leas el mismo libro una y otra vez. Hazlo. Esto les permite aprender el texto, predecir las secuencias, desarrollar el lenguaje y, como ya he mencionado antes, les da seguridad. Paciencia, seguramente al cabo de unos días cambie del libro.

5. Evita libros electrónicos con niños pequeños. Las lecturas electrónicas y/o vídeo cuentos deben utilizarse ocasionalmente, y sobretodo con niños/as más mayores (a partir de 7 años), ya que no respeta el ritmo desarrollo y de lectura del niño, su velocidad, colores y sonidos pueden ser muy agresivos para el cerebro del niño/a y este puede estar más interesado en pulsar los botones, que en el cuento en sí.

Por último, y aunque suene a tópico, se su ejemplo. Si quieres que tu hijo/a lea, lee tú. Los niños/as aprenden por imitación. Deja que tus hijos/as te vean leer, lo que te guste: revistas, periódicos, novelas, cómics, libros de recetas, de coches, de deportes, etc. De padres lectores, hijos lectores. Esta frase tiene mucho de verdad. Ponla en práctica y verás como con el tiempo ves los frutos.

Espero que disfrutéis de la lectura en familia. ¡Feliz Día del Libro!

Volver a empezar

Hay quienes se toman el mes de enero como punto de partida para proponerse nuevos objetivos, cambiar hábitos o mejorar algún aspecto de su vida. Para otros es el mes de septiembre, con el comienzo del curso escolar, el que da el pistoletazo de salida a todos estos buenos propósitos y nuevos proyectos. Y para algunos, en el que me incluyo, ese momento comienza después de cerrar una etapa dolorosa de tu vida.

Por muy color de rosa que te empeñes en ver la vida, los obstáculos y los momentos difíciles de abordar nos acompañan y nos golpean sin previo aviso. Forzándonos a aprender y a improvisar, intentando tomar las mejores decisiones. Son momentos de introspección y reflexión.

Para mí comienza ahora una nueva etapa, en el mismo lugar, con la misma gente pero con una actitud nueva y renovada. Sabiendo que el camino que tengo delante no es fácil pero con ganas de afrontarlo. Con ánimo y con ilusión. Hoy miro al exterior, al mundo, nuevamente con mis gafas verdes, las que me hacen ver la vida color de rosa. Será rosa palo, rosa fucsia, rosa empolvado, rosa salmón, rosa bebé, rosado, rosa frambuesa o el tono que sea, pero para mí, y así me gusta transmitirlo, es color de rosa. Y si con mi actitud puedo contagiar una sonrisa, merece la pena.

Smartphones y otras pantallas con un bebé de 2 años.

‘Hace ya un año que decidimos evitar el uso de pantallas (televisión, tablet, móvil…) con nuestro bebé.’ Así comenzaba la publicación en la que explicaba los argumentos por los cuales decidimos no utilizar dispositivos de pantalla con nuestro hijo. Os dejo el enlace AQUÍ.

Pero, ¿cómo se mantiene esa decisión tras un confinamiento en el que la única forma de poder ver a la familia es por videollamada? ¿Tiempo en el que estuvimos encerrados en casa las 24 horas del día, los 7 días de la semana? Efectivamente, fue imposible continuar retrasando el momento en el que las tecnologías llegaran a la vida de nuestro bebé.

Gracias a ellas pudimos ver, hablar y reír con nuestros familiares cada día, los abuelos pudieron ver a su nieto y los primos jugar y gastarse bromas, pudimos bailar coreografías, ver cuentacuentos y marionetas, pudimos llenar nuestros días de cariño, música y cultura en tiempos de reclusión e incertidumbre.

Pero ¿cuáles fueron las consecuencias inmediatas en nuestro bebé? Se adaptó demasiado bien.

  • Comenzó a demandar el uso de móvil, televisión o tablet todos los días. Incluso recién levantado.
  • Rabietas si le negábamos el uso del dispositivo en ese momento o lo apagábamos.
  • Jugaba simulando que tenía un teléfono móvil.

El uso, o abuso, de móviles, televisión o cualquier elemento de pantalla influye negativamente en el desarrollo cognitivo, psicológico, social y motriz del niño, está demostrado científicamente. Haciendo un recorrido rápido, un uso inadecuado de los aparatos con pantalla puede provocar adicción, alteraciones del sueño, déficit de atención, favorecer el sedentarismo y la obesidad infantil y empobrecer las relaciones sociales entre los niños y las personas de su entorno.

Por tanto, y siguiendo las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría, la Asociación Americana de Pediatría y la OMS, hemos establecido unas normas y límites en lo que respecta al uso de dispositivos de pantalla. Unas directrices que nos permitan usar la tecnología de forma segura, y siempre manteniendo el lema ‘menos es más’. Es decir, que si lo podemos evitar, mucho mejor.

  1. El tiempo de exposición máxima es de 30 minutos a 1 hora al día.
  2. Fijar el momento del día en el que se pueden usar dichos dispositivos. Por ejemplo, antes o después del almuerzo.
  3. Nunca usar los dispositivos durante las comidas. El momento de la comida es muy importante para el niño. Es el momento en que la familia se reúne, socializa y aprende el ritual de comer los alimentos (cómo coger los cubiertos, como pedir que te pasen el pan, limpiarse la boca, beber en el vaso…). Por eso es importante que no estén distraídos con el móvil o la televisión.
  4. Nunca dejar al niño solo con el dispositivo. En todo momento, debe estar acompañado de un adulto, no solo para seleccionar un contenido infantil adecuado sino también para poder conversar sobre lo que se está viendo para garantizar que lo comprende.
  5. Establecer lugares libres de pantallas, por ejemplo el cuarto de baño, el dormitorio, la piscina…

Debemos ser el mejor ejemplo para nuestros hijos, usar nuestros dispositivos solo cuando sea necesario y evitar que se conviertan en un objeto de deseo misterioso. Si nos ve mirando el móvil o usando el ordenador y nos pregunta, le explicamos lo que estamos haciendo (mandar un mensaje a la abuela, haciendo un trabajo, llamando a papá…) de forma que el niño aprende para qué se usa, de una manera natural. Y cuando hemos terminado, apagarlo o dejarlo en reposo en algún lugar (mesa, mueble, funda…). Así no lo concibe solo como un objeto de entretenimiento.

En definitiva, ha llegado un tiempo de nuevo de aprendizaje, tanto para nosotros como para él. Y lo haremos lo mejor posible.

5 Consejos para mamás y papás primerizos post período COVID-19.

Como padres primerizos nos enfrentamos a muchas experiencias y situaciones nuevas  con las que tenemos que lidiar. Es probable que tengamos mucha ansiedad y temor porque sentimos que no estamos preparados para todos los cambios que sin duda van a acontecer en nuestra vida y en todo el entorno familiar. Y estos sentimientos se agudizan en un momento como este, en la que debemos ser precavidos y muy responsables. Debemos seguir las recomendaciones sanitarias así como garantizar una buena higiene tanto personal como en nuestra vivienda.

Aquí encontrarás consejos que son de gran utilidad y que te ayudarán a afrontar este importante acontecimiento que tanta alegría y emoción generan en el hogar, en internet hay múltiples webs que pueden ayudarnos aportando información muy útil para los primeros días, como por ejemplo pequeflix, una web que, habla sobre la seguridad de los más peques de la casa y que, además, colabora en esta publicación.

Aunque parezca difícil, tú puedes con ello

A pesar de cualquier ansiedad o temor que tengas debes saber que tú puedes, tú estás capacitado. Llegado el momento tu intuición te dictará qué decisiones tomar. El sentido común junto con una buena orientación del pediatra, matrona y/o asesora de lactancia son suficientes para que logres cuidar bien de tu bebé. A veces nuestros temores son muy grandes pero la práctica resulta más simple de lo que pensamos.

Tú y tu pareja sois un equipo no lo olvides

Hacer un equipo es la mejor manera de equilibrar el trabajo. Hacer turnos y dividir las tareas del hogar hará más llevadera esta etapa para ambos padres. Cambiar pañales, sacar a pasear al bebé, preparar o lavar biberones, bañar al niño, cortarle las uñas o dormirlo son todas tareas que deben ser compartidas, esto es bueno para la pareja y también refuerza el vínculo de ambos con el recién nacido.  

Aprovecha cualquier momento de descanso

Tu descanso es de vital importancia para que puedas afrontar todas las tareas necesarias en el cuidado del bebé recién nacido y para que puedas hacerlo bien. Descansa cada vez que puedas, aprovecha los momentos en que el bebé duerme. También acepta ayuda y apoyo de personas de confianza, sobre todo los primeros meses.

Si tienes dudas… pregunta

Seguramente tendrás muchas dudas, eso es normal. No temas a preguntar al pediatra, matrona o asesora de lactancia cualquier cosa que necesites saber. Ya verás que muy pronto aprenderás a manejar la situación Asesórate siempre con personal cualificado que pueda dar información fiable y que sea afín al tipo de crianza que queréis llevar a cabo.

Vuestros padres, tíos, amigos y amigas que hayan tenido hijos antes que vosotros también son un gran apoyo y una fuente de información.

Y sobre todo…disfruta del momento

Disfruta este maravilloso momento. La llegada del bebé es un período de la vida familiar lleno de alegría y expectativas. Aunque resulte difícil, también debes tener ratos de esparcimiento, distráete, sal de casa un momento o realiza alguna actividad que te guste. No dejes que te asalte algún sentimiento de culpa si tienes la necesidad de dedicarte un tiempo. Apóyate y pide ayuda a alguna persona de confianza para que puedas disfrutar de algunos momentos para ti.

Tener y criar un bebé es una experiencia transformadora y maravillosa. Y siguiendo estos consejos, será un poco más sencillo.

Meriendas saludables y frescas para toda la familia.

Las tardes de este mes de julio están siendo duras. El calor aprieta y arde el ambiente, al menos aquí en el sur. Por eso apetece tomar meriendas fresquitas. Sin pretensiones de exponer recetas elaboradas, os voy a enumerar a continuación mis top 10 meriendas sencillas, frescas y saludables.

Excepto la que lleva café, todas son aptas tanto para niñ@s como para adult@s, sólo hay que cambiar la manera de presentarlo o cortarlo.

  1. Una rodaja de sandía cortada en dados. Es la fruta que más me gusta en verano.
  2. Un melocotón amarillo cortado en dados.
  3. Un rodaja de melón.
  4. Pan tostado con queso fresco.
  5. Un racimo de uvas cortadas acompañadas de un trozo de queso curado.
  6. Un vaso de café solo con hielo acompañado de unos dátiles.
  7. Leche fría (de vaca o vegetal).
  8. Leche fría con una cucharada de cacao (no colacao, sino cacao puro desgrasado).
  9. Una infusión de rooibos de fresa o fruta del bosque servida bien fría, con hielo.
  10. Zumo de tomate.

Espero que te haya gustado e inspirado esta propuesta de meriendas frescas para las tardes de verano. ¿Cuál es la que más te gusta? ¿me recomiendas otras meriendas sencillas, frescas y saludables? Si te gusta, apoya esta publicación y compártela.

Caravaning, la forma más segura de viajar este verano.

En la última década la compra-venta y alquileres de caravanas, autocaravanas y campers ha aumentado cada año. La libertad de movimiento que te permite viajar en estos vehículos es un reclamo muy atractivo especialmente para jóvenes y familias con hijos pequeños.

Pero, este verano, después de todo lo que está sucediendo con la incursión del Covid-19 en nuestras vidas, ¿qué nueva característica se suma a la lista de ventajas de viajar en caravana? La seguridad. Se ha convertido en la forma más segura de poder viajar e irte de vacaciones.

Asegurándote de que el vehículo haya sido desinfectado propiamente, ya sabes que el lugar donde vas a comer, dormir, ducharte… es seguro. Proporciona la tranquilidad de que solo lo has usado tú y tu familia. Y no han pasado por allí multitud de personas que, a saber qué medidas preventivas han utilizado. Además, puedes cambiar de lugar cuántas veces quieras, sin necesidad de preocuparte de buscar otro alojamiento.

¿La piscina comunitaria? ¿Alquilar un piso? ¿Ir a un hotel? ¿Un camping? Todas estas opciones provocan mucha incertidumbre en cuanto a seguridad sanitaria y limpieza. Es por eso que muchos se están apuntando al caravaning. Como nosotros, nos hemos unido al mundo van y ahora, a pesar de las circunstancias, viajamos tranquilos, hacemos excursiones al campo, a la montaña, a la playa… disfrutamos en familia evitando contactos innecesarios.

En estos tiempos, se recomienda evitar lugares multitudinarios, mantener las distancias de seguridad y utilizar, preferiblemente, espacios abiertos y/o bien ventilados. El tipo de turismo que se practica en las caravanas, autocaravanas o campers encaja perfectamente en este marco. Se suelen visitar más entornos naturales (tanto de costa como de interior) y, dependiendo de lo equipado que esté el vehículo (convertidor, placa solar, etc.) te permite ser más o menos autosuficiente. Hasta el punto de no necesitar ni siquiera ir a camping alguno.

Es una forma de continuar disfrutando de tus escapadas y vacaciones minimizando los riesgos de contagio. Evidentemente, esto no exime de cumplir con las recomendaciones de prevención ante el coronavirus. Una persona irresponsable e incauta seguirá siendo una amenaza para todos sin importar su manera de viajar. No obstante, para todos los demás, bienvenidos al mundo del caravaning.

Me encantará saber vuestras opiniones al respecto y si estáis de acuerdo o no conmigo. ¿Cuál es la forma más segura de viajar este verano para tí?

¡Al rescate de los libros olvidados!

En verano, con más tiempo libre, tengo más oportunidades para leer que durante el resto del año. En verano me apetecen lecturas ligeras y desenfadadas, lecturas que me diviertan y me hagan desconectar. Un libro de bolsillo en el bolso de la playa es un básico para muchos.

Este verano me he propuesto un reto: no comprar ningún libro (de ningún tipo) y rescatar libros olvidados de mi estudio y/o casa de mis padres. A excepción de cuentos que le compre a mi hijo o le regale a alguien. Me refiero a desempolvar algunas obras que llevan años o décadas aburridas en la estantería. Seguro que se os viene algún título a la cabeza. ¿Algún western de mi padre? ¿Los clásicos que se compraban en colecciones y nadie los leía? ¿Alguna novela que me apetezca releer? ¿El típico libro que te regalaron pero no le diste una oportunidad en aquel momento y se te olvidó que estaba allí? ¿Algún ejemplar que compraste barato en alguna feria del libro?

Estos son algunos ejemplos de mis libros rescatados:

  • ‘LA BIBLIOTECA DE LOS MUERTOS’ de Glenn Cooper. Mi último pedido del Círculo de Lectores.
  • ‘ZALACAÍN EL AVENTURERO’ de Pío Baroja. Un clásico, fue de mis lecturas obligatorias en Secundaria.
  • ‘SHERLOCK HOLMES. SUS MEJORES CASOS’ de Arthur Conan Doyle. Me lo regaló una amiga antes de mudarse.
  • ‘LA CABEZA DEL DRAGÓN’ de Ramón Del Valle-Inclán. Este pequeño estaba escondido en la estantería de mi marido y tengo mucha curiosidad por leerlo. Nunca he leído teatro y, al ser una obra para niños, creo que puede ser muy útil para mi trabajo.

¿Vosotros también leéis más es verano? Me encantaría conocer vuestros libros olvidados. Yo ya he empezado el primero, ¿adivináis cuál? 🏖📖☀️

Los ‘po ya que’ más comunes durante el confinamiento.

Llámese ‘po ya que’ o ‘pues ya que’ a toda acción realizada por asociación a otra actividad previa. Por ejemplo, necesitas un pantalón y vas a una tienda. En la entrada ves la mesa que tiene las prendas en oferta. Tú la miras y piensas: – Pues ya que estoy aquí, voy a echar un vistazo por si me llevo también una camiseta. Los ‘po ya que/pues ya que’ los hacemos de forma automática, sin pensarlos demasiado, intentando aprovecharnos de las circunstancias.

Durante estos meses de confinamiento, sin apenas salir de casa… nuestra mente e inventiva se han agudizado para mantenernos activos. Lo que ha sido una pesadilla para unos, se ha convertido en una oportunidad para otros. Los ‘po ya que/pues ya que’ han surgido una y otra vez. Porque ahora que hemos tenido tiempo… Estos han sido los ‘po ya que’ más recurrentes en mi entorno durante el estado de alarma.

PO YA QUE…. no podemos salir de casa, vamos a hacer la limpieza a fondo. Hay quien ha ido habitación por habitación haciendo limpieza y tirando, sin piedad, lo que ya no necesitaba o estaba en mal estado. Los que lleva al segundo ‘po ya que’.

PO YA QUE…. estamos limpiando, vamos a aprovechar y le damos una manita de pintura, que hace falta. Y, así, muchos volvieron a recorrer cada instancia brocha en mano, aprovechando la coyuntura.

PO YA QUE… no puedo ir de bares. Voy a habilitar mi patio-balcón- terraza para poder tomarme un café o una cerveza al aire libre. De este modo, surgieron habilidades hasta entonces desconocidas como decorador de interiores, jardinero, carpintero, pintor… Y, por supuesto, subiendo el paso a paso en redes sociales. La otra cara de este ‘po ya que’ es la versión familiar. La de habilitar este zona para que tus hij@s puedan jugar en un espacio abierto.

PO YA QUE…. tengo tiempo, voy a ver esta peli que tengo pendiente, leer tal libro o hacer un maratón de mi serie o saga favorita. Además, después de la limpieza general aparecieron objetos de los que ni te acordabas pero que ‘po ya que’ los has sacado, durante unos días vuelven a ocupar nuestro tiempo. Así, por ejemplo, se han vuelto a hacer puzzles, pintado con acuarelas o escuchado cds antiguos.

PO YA QUE… no voy a ir a ninguna parte, y nadie me va a ver… no me voy a maquillar, ni peinar, y aquí podríamos sustituir estos ejemplos por multitud de opciones como: no depilarse o afeitarse, no lavarse el pelo, no quitarse el pijama, no cambiarte el chándal en una semana, etc.

Y del pasotismo extremo, pasamos al último ‘po ya que’ de la lista, el boom del autocuidado.

PO YA QUE…. tengo tiempo, voy hacerme esta mascarilla facial o capilar, exfoliarme la piel, intentar cortarme el pelo, manicura o pedicura casera, hacer ejercicio en casa diariamente, meditar, darme un baño relajante y un largo etcétera. Los tutoriales de YouTube subieron el número de visualizaciones de forma meteórica.

Seguro que me he dejado algún PO YA QUE en el tintero. ¿Te ha pasado a tí también? ¿Cuántos de la lista has puesto en práctica?

Cuando todo esto acabe.

Cuando todo esto acabe, quiero pensar que no correremos todos como caballos desbocados a recobrar la misma vida que teníamos antes. Quiero pensar que no nos dejaremos arrastrar por campañas publicitarias que nos inciten a una vida superficial. Quiero pensar que, cuando todo esto acabe, habremos aprendido algo y nuestra vida será más rica y plena.

Espero que hayamos aprendido que sólo necesitamos productos básicos para vivir, que reutilizando materiales que tenemos en casa podemos crear el mejor de los juegos o la obra de arte más divertida, que un mensaje o videollamada no es capaz de reemplazar un abrazo, una caricia o esa mirada de complicidad. Espero que hayamos aprendido que la cultura y el ejercicio físico son indispensables para nuestro bienestar emocional, y le demos el lugar que merecen en nuestra vida y nuestra sociedad.

Cuando todo esto acabe, espero que la familia y amigos nos ocupen más tiempo al día que navegar en internet o hacer compra online. Y que da igual nuestro atuendo o nuestro peinado, porque lo realmente importante es el amor, las risas y el respeto.

Espero que las prioridades hayan cambiado y nos hayamos dado cuenta de que agotar los recursos del planeta sólo nos lleva a la extinción. Y tras nuestra extinción la naturaleza recuperará su sitio y no seremos más que una especie que un día intentó dominar algo más grande que él y fracasó. Que hayamos aprendido que los pequeños gestos individuales pueden cambiar el curso de nuestro destino.

Espero que hayamos aprendido a valorar el trabajo que realmente importa, el trabajo que aporta valor a la vida. Agricultores, ganaderos, electricistas, fontaneros, barrenderos, limpiadores, médicos, enfermeros, cuidadores, farmacéuticos… y un largo etcétera. Y que nos sirva para ponernos las pilas y aprender a ser autosuficientes, en la medida que podamos serlo.

Cuando todo esto acabe, espero que los líderes mundiales (o al menos la mayoría de ellos) hayan aprendido que somos un único pueblo, y que debemos apoyarnos y cuidarnos para una convivencia pacífica y sostenible. Que la naturaleza no distingue pueblos, ni países, ni economías.

Sin extenderme más, cuando por fin hablemos de esto en tiempo pasado, espero que seamos más humanos, más humildes y, al mismo tiempo, más profundos.