Si en algún momento de mi vida me he sentido más mujer que nunca ha sido mientras estaba embarazada.
Me sentí MUJER de una forma original, primitiva, mi yo más animal. Nada que ver con las convenciones sociales de lo que significa ser mujer, no tiene que ver con feminismo ni con maquillaje. Simplemente sentirme mujer, fuerte, sexy, poderosa, creadora de vida. Fue un momento de mi vida que me gusta compartir con otras personas, es un periodo mágico.
Durante el embarazo los niveles hormonales del cuerpo se disparan y descompensan de diferente forma. Con lo cual, cada mujer vive su embarazo de forma muy distinta según su cuerpo y sus niveles hormonales. En mi caso, debo reconocer que mi embarazo ha sido muy bueno, y me ha permitido disfrutar prácticamente de cada momento.
El cuerpo de la mujer, por lo general, viene perfectamente diseñado para concebir un nuevo ser. Así que meses antes de quedarme embarazada ya había eliminado cualquier componente químico (anticonceptivos) que me dificultara el proceso natural de quedarme embarazada. También empecé a tomar aceite de onagra, un remedio natural que ayuda a regular el ciclo menstrual, nivelar las hormonas y el flujo vaginal. A los tres meses quedé embarazada.
Desde ese mismo instante algo en mi interior cambió, y me he descubierto a mí misma más consciente, más equilibrada, más feliz, más constante, con mayor compromiso, mayor fuerza de voluntad… una versión mejorada de mí. Facetas de mí que se perfeccionaron por formar parte activa del ciclo de la vida.
Abandonar malos hábitos como el consumo de alcohol, tabaco o comida basura no fue difícil. De hecho, comencé a considerar verdaderamente absurdo algunos comportamientos provocados por dicho consumo. Por ejemplo comer o tomar café en una terraza a las tres de la tarde en pleno Julio a 38 grados, o la de barbaridades que se puede decir cuando estás borracho.
El apetito no me cambió (yo ya cuidaba mi alimentación antes de quedarme embaraza), las náuseas desaparecían si comía algo (frutos secos, una pieza de fruta, un yogur…) y, durante el primer trimestre, me llenaba con facilidad (por tanto, comía raciones más pequeñas). Aunque esto último fue cambiando y durante el segundo y tercer trimestre mis raciones volvieron a ser normales.
Para los dolores de espalda (que comenzaron al 5º mes) y la sensación de falta de aire (que sentí a partir de los 7 meses de embarazo) me funcionó muy bien la acupuntura. Al principio una sesión por semana y luego cada quince días.
Pero sin duda, lo que más me ayudó a llevar un buen embarazo fue mantenerme activa. Hacer ejercicio desde el minuto 1. Gracias a ello, me he sentido fuerte durante todo el embarazo, y se agradece en los últimos meses cuando tu barriga es grande y pesada jeje. En la semana 15 me apunté a clases del método AIPAP, impartidas por una matrona.
¿No sabes lo que es el método «AIPAP»? Se trata de un método ejercicio físico especializado para embarazadas. Engloba mantenimiento general y más específico de la zona pélvica, trabajando con más intensidad todos los músculos, tendones y ligamentos que participan en el parto. Son ejercicios que se realizan en el agua, con lo cual el se trata de movimientos suaves y el impacto sobre las articulaciones es menor. En mi caso, aún no había instalaciones disponibles para hacerlo en el agua, así que lo hacíamos adaptado fuera del agua. Pero si tienes oportunidad en tu ciudad de hacerlo en el agua te lo recomiendo encarecidamente. Este método surge en 2012 fruto de la investigación del matrón Félix Jiménez Jaén, quien realizó un ensayo clínico cuyos resultados concluyeron que, gracias al método AIPAP, se redujo la probabilidad de cesárea y/o parto instrumentado, y aumentó de un 69,29% a un 96,58% el número de partos naturales. Haz clic en el siguiente enlace si deseas más información.
2012_Ensayo_clínico_método-AIPAP
Quedarme embarazada cambió mi vida, a mejor. No sólo mi barriga creció de tamaño, también crecí como persona. Creo firmemente que conseguí ser MUJER en su sentido más amplio.